¿Qué estimula el desarrollo del cáncer de mama?
N
o se sabe cuál es la causa, pero existen factores de
riesgo que potencian la aparición del cáncer de mama. Muchos de ellos lo
podemos evitar, otros no porque son inherentes a la biología y fisiología
femenina.
De cada ocho
mujeres, una tendrá cáncer de mama dicen las estadísticas. Y esta proyección se
basa en la incontrolable progresión de la enfermedad, que al no poder
prevenirse sigue su curso por los estímulos poco saludables que nosotras mismas
impulsamos.
El cáncer de
seno no tiene un estricto origen genético, esa causa apenas representa el 8% de los casos. La razón primordial tiene que ver con nuestros hábitos y
estilos de vida, pero también con “el hecho de ser mujer”, como señala la
mastóloga María del Rosario Cueva Pérez, especialista en patología mamaria del
Instituto de la Mama.
¿QUÉ
SON FACTORES DE RIESGO?
Todas las mujeres (al igual que todas las personas)
nacemos con células buenas y malas. Algunas
desarrollan cáncer y otras no. ¿Por qué? La razón en sencilla: algunas, por
razones biológicas y otras por estilos de vida poco saludables.
La
menstruación temprana es un factor de
riesgo
Es una condición biológica que no se puede manejar, pues
no hay forma de evitar que la menstruación ocurra antes de los 12 años o la
menopausia llegue después de los 55. Si
tienes este riesgo, hazte una mamografía todos los años a partir de los 40, un
chequeo clínico a partir de los 25 años o del inicio de tu actividad sexual, y
el autoexamen una vez al mes después de la regla.
No
tener hijo es otro factor de riesgo
O tener el primer hijo después de los 35 años es un
factor de riesgo “debido a que a partir de los
treinta o treinta y cinco años,
comienza el proceso de envejecimiento de
la glándula mamaria y al no haber completado su maduración a través de la
gestación y la lactancia, las células se quedan desprotegidas frente al cáncer”,
explica la mastóloga Cueva.
El Instituto Nacional del Cáncer de Brasil señala que la lactancia durante seis meses promueve la
exfoliación de las células de la mama favoreciendo la eliminación de posibles
células tumorales.
Tener
sobrepeso es consecuencia del estilo de vida
Los kilos demás, sobre todo después de la menopausia, acumula grasa en el cuerpo generando
estrógenos, la hormona causante del
cáncer de mama estrogénico. Aproximadamente el 70% de los cánceres de seno tienen
receptores de estrógeno, dice el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos.
“Existen tres
tipos de estrógenos, y unos de esos
estrógenos, el llamado estrógeno malo, lo secreta la grasa corporal condicionando el riesgo de desarrollar cáncer
de mama”,
advierte la doctora Cueva.
No
hacer ejercicios es un estilo de vida
Además de contribuir al sobrepeso, la vida sedentaria
activa el colesterol, que es la materia prima para la producción de estrógeno. SI
no haces ejercicios, tu sistema inmunológico cae y deja de protegerte del
ataque de las células malas.
Vivir
con emociones negativas
Se postula que el estrés, la ansiedad, la depresión y
cualquier estado emocional negativo, disminuyen los factores inmunológicos dejándote a expensas
del cáncer. Al decaer, el sistema
inmunológico se ve imposibilitado de reparar las mutaciones celulares dejando
que estas se multipliquen hasta convertirse en tumores malignos.
Recibir
tratamiento hormonal
Las mujeres que reciben Terapia de Reemplazo Hormonal
(TRH) para combatir los síntomas de la menopausia, tienen un alto riesgo de tener cáncer de mama
después de haberlo usado por cinco años en forma continua.
Comer
alimentos inadecuados es un estilo de vida
Estudios recientes señalan que los alimentos ricos en grasa, carbohidratos y azúcares, elevan el riesgo de la enfermedad al asociarse con la producción de grasa corporal.
Come preferentemente frutas, verduras y legumbres
que tienen antioxidantes naturales que ayudan a estar menos expuesta al cáncer y otras enfermedades.
Beber
alcohol y fumar, un estilo de vida nocivo
Existen numerosos estudios que asocian el cáncer de mama
con el alcohol, sobre todo si se toma con frecuencia. Pasar de tres copas a la
semana eleva el riesgo. Lo mismo ocurre con el tabaco. Se ha comprobado que la cotinina, una de las 4 mil sustancias
que contiene el cigarro, se deposita en la glándula mamaria causando
estragos. Mientras más temprano fumes, mayor será el peligro.
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