Vitamina E: ¿Un aliado contra el cáncer de mama?



L a vitamina E es considerada como un poderoso anticancerígeno gracias a su enorme capacidad  antioxidante y su acción  contra los radicales libres, que son moléculas de oxígeno que descomponen las células causando la degeneración de los tejidos y exponiendo al sistema inmunológico a la fragilidad.  Precisamente,  esta vitamina evita que esa acción se produzca protegiendo  los tejidos y las células de los efectos nocivos de las toxinas ambientales y del daño consecuente de los procesos metabólicos normales.


 “Las vitaminas ayudan a prevenir el acumulo de especies reactivas de oxígeno que pueden producir daño a nivel del genoma y de esa forma predisponer al desarrollo del cáncer”, dice el médico Javier Manrique Hinojosa, oncólogo del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas.

 

ACCIÓN INDIRECTA


Si bien la vitamina E no actúa directamente en la prevención del cáncer de mama, diversas investigaciones han demostrado que minimiza los riesgos no solo de esta enfermedad sino de otras enfermedades que se presentan en la glándula mamaria.


“Esto, que durante mucho tiempo fue tomado como una verdad, en la actualidad se ha demostrado que no tiene efecto en la prevención del cáncer de manera directa, pero sí tiene un poderoso efecto antioxidante que sirve como mecanismo indirecto para todo tipo de cáncer”, precisa el médico.


Es por ello que las mujeres diagnosticadas con enfermedades mamarias, como quistes, fibroadenomas, mastopatía fibroquística y otros, ingieren compuestos de vitamina E para  reducir el riesgo de cáncer de seno.


TRASTORNOS HORMONALES


Si bien algunos alimentos son ricos en vitamina E, estos pierden sus propiedades durante la cocción, por lo que es mejor consumirlo frescos y naturales y, en el mejor de los casos, en suplementos vitamínicos como Vitesol B6, que tiene poderoso compuesto de vitamina E orientado para a ese fin.


Varios estudios dejan constancia también que esta vitamina corrige la relación de progesterona/estradiol anormal en pacientes con displasia mamaria, enfermedad que afecta principalmente a mujeres de entre 30 a 50 años y que, a futuro, podría asociarse con riesgo de cáncer de mama. Otros experimentos han evidenciado también que este suplemento corrige los desbalances hormonales implicados en el estímulo del cáncer mamario y en el control de la enfermedad fibroquística, que puede ser precursora de este cáncer.


FUENTES NATURALES


Si bien el suplemento de vitamina E es importante en la reducción del riesgo de cáncer de mama, es importante también considerar los antioxidantes que nos provee la naturaleza, como los aceites de oliva y girasol, las nueces, castañas y almendras (15 mg por día o lo que se coja con el puño), aceitunas verdes (tiene gran porcentaje de Tocoferol, el componente principal de la vitamina E), semillas de girasol (aumenta la producción de células y fortalece el sistema inmunológico), germen de trigo y frutos como el kiwi, mango y palta, que evitan la alteración celular. Otros vegetales destacados son las crucíferas (brócoli, repollo, coliflor, col de Bruselas) que son consideradas como las mayores fuentes de prevención del cáncer  en general debido a que matarían selectivamente las células neoplásicas, según un estudio  de  Molecular Nutrition and Food Research.


 

  

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