Cáncer de mama durante el embarazo y la lactancia
Durante el embarazo uno de cada 3 mil mujeres tiene cáncer de mama. ¿Por
qué? Porque el embarazo produce cambios hormonales, y al haber esa revolución
hormonal los senos aumentan de tamaño, se vuelven más sensibiles y se
pueden hallar tumores que estaban “dormidos” pero crecieron con la revolución
hormonal de la gestación.
“Durante el embarazo, las mamas sufren un cambio
fisiológico importante, como es el aumento de tamaño y la densidad. Esto puede dificultar la detección de tumoraciones de pequeño tamaño,
demorándose el diagnóstico de cáncer de mama. Por ello se recomienda que antes y durante la gestación y
la lactancia se deben realizar
revisiones periódicas con el especialista, y si este detecta cualquier
alteración en la exploración física de la mama, es preciso realizar las pruebas
necesarias sin retrasarlas hasta después del parto”, recomienda el médico Manuel Fernández, especialista en oncología, mastología y ginecología.
QUIZÁ ES CÁNCER Y NO MASTITIS
Durante la lactancia los senos pueden presentar una
infección conocida con el nombre de mastitis. La mastitis produce
hinchazón del
seno, engrosamiento de la piel, bulto, ardor, dolor. Esos
mismos síntomas también se asocian con cáncer de mama. Es por ello que
una mastitis que no se cura en una semana debe sometida a estudios y biospsia
para descartar cáncer.
“La
sintomatología de la mastitis es muy parecida a la del cáncer de mama,
por ello la recomendación es que la patología mamaria debe ser evaluada por el
especialista en senos”, dice el médico.
Ahora bien. El embarazo y la lactancia no empeoran
el pronóstico del cáncer, pero sí puede dificultar el diagnóstico
haciendo que el cáncer se detecte en estadíos avanzados.
“Durante la gestación y la lactancia las mamas tienen
que ser evaluadas para evitar que, si hay cáncer, la enfermedad salga de
control”, recuerda el oncólogo.
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